Oportunos movimientos

A una mujer cuyo nombre lo componen dos sílabas. Ella sintió como la precipitación de un pensamiento la hacía caer en tentación sin que sus principios pudieran salvarla. Despertó, no abrió los ojos, no había respuestas en la mirada abierta, no movió su cuerpo ni se atrevió a cuestionarse la idea o la imagen que la había despertado, sí se humedeció los labios con la … Continúa leyendo Oportunos movimientos

Hay mujeres que son tu corazón

Hay mujeres que son un camino y un faro al mismo tiempo, no nos piden que las sigamos, pero el motivo de su existencia es guiarnos sanos y salvos. Hay mujeres que son como tu mano, están siempre dispuestas a abrirse delicadas como una flor, a cerrarse cálidas como un saludo, a extenderse generosas como apoyo, a expresarse con una caricia, a acercarse a tu … Continúa leyendo Hay mujeres que son tu corazón

El deseo, en las líneas de la mano

Con la fuerza de los pulmones impulsa el aire por encima de la vela lingual, lo pone sobre la palma abierta, siente una pequeña borrasca llegando al bosque de dedos abiertos, observa la longitud de cada uno, las líneas que diferencian las falanges, tres para cada dedo excepto para el pulgar que son un par. Tres líneas bien marcadas, las acaricia con los dedos de … Continúa leyendo El deseo, en las líneas de la mano

Manos para la escritura

Algunas noches, ella pone mi mano entre sus piernas, me dice, hace frío, el calor se sale por cualquier parte, tú atrápalo. Yo dejo la mano ahí sin presión o movimiento, como una puerta que vigila, como una ventana que observa, como una manta que acoge. En la mañana, ella mira mi mano, examina las líneas, suele decir, así, aunque no recuerdo los sueños, los … Continúa leyendo Manos para la escritura

Hay una mujer sorprendida

Hay una mujer sonriendo al recordar que su nombre y el mío por lo menos comparten una letra. Hay una mujer sorprendida porque con cada excusa para evitarme descubre una superior para permitirme el encuentro. Hay una mujer preguntando a las líneas de su mano si el secreto escrito en ellas es la caricia que una tarde pondrá con la palma abierta en mi espalda. Continúa leyendo Hay una mujer sorprendida