Los habitantes de esta ciudad escuchan con desgana hablar de la magia antigua con la cual se construyeron los mitos, no notan que de ese mismo tipo de magia hay en su camino todo el día. Pongamos por ejemplo al semáforo, parece un ser inanimado, pero con tres parpadeos da instrucciones miles de autos cada día, le dice a los autos, «ustedes quietos«, y se detienen, «ustedes muévanse«, y los autos se mueven. Hay maneras de mirar, esta en la que me hundo ahora olvida el conocimiento para jugar un poco a creer en otras cosas.