Hay noches, como esta, la música se ofrece al silencio y lo apaga, lo vuelve susurro, voz interna, lo extiende en los ojos, y toda mirada es una palabra extinguiéndose. Hay horas, las que ya pasaron y se quedaron en milagrosa repetición en la memoria, esta es una de esas, de las tantas reiteraciones, una hora en la que una boca descomponía la luz y con sus hilos exponía una sonrisa. Hay instantes, este me parece uno de ellos, desde los cuales uno pone a girar sus pensamientos alrededor de una espera, de un alivio, de una idea, de toda la esperanza, y ruedan sobre ti todas las palabras, en especial, desnudez, mirada, recuerdo, piel, sucesión y caricia.
