Yo nací, no estabas, borré del calendario ese día, acordé dar otra vuelta de maduración en el útero, repetí el nacimiento, una exactitud esotérica confirmó tu arribo en el mismo tiempo, desconectado del cordón umbilical, toda aproximación a la memoria antigua sucumbió, ahora, la casualidad, la única que guarda la memoria, se apropia del motivo que dio paso a mi nacimiento, yo no la sigo, soy de exactitud numérica, la única lógica a la que le concedo mi fe me aleja de la casualidad, y ella es la única que puede encontrarnos.
