El silencio grita

Ya lo dijeron antes, llueven noches, caen goteadas y forman charcos de sombra en la superficie afuera, tú sin contar parpadeos sumas cansancio en tus ojos, solo miras adentro, las paredes como silos y tu almacenando en ellas una hamaca de arena donde pusiste la pesada inquietud del mañana que llegó hoy y se quedó perdido en el día. También dijeron antes, el silencio grita, este que te toca esta noche viene con urgencias, las clava en lo alto del techo y ellas kamikazes del habla se lanzan para decir nada porque tú te los has dicho todo al cerrar la puerta de tu cuarto, sí, toda la pesadez líquida del día que se obliga a terminar por encima de la tristeza por los minutos fallidos. Abres las manos y desde los dedos varios caminos se ofrecen para llevarte a lugar alguno, los miras sin apropiarte de ellos, piensas que los caminos son veredas ancladas en la nada si no se dan pasos en ellos. Sonríes para endulzar tu rostro, quieres el sueño sobre tus ojos y los cierras para dormir tranquila.

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