El sol conoce todos los idiomas, habla todas las lenguas, y se enternece cuando se acerca a escuchar las palabras con las que tu cuerpo se comunica con el viento, el sol repite tus palabras, hace un recital de ti mientras sus hilos maduran el trigo y va recitando con tu nombre un poema.
Una gota de luz extiende su momento hasta llegar a tus ojos, una nube se desploma sobre la ciudad, la lluvia toca un piano de asfalto, tú sonríes debajo del paraguas invisible con el que saliste a la calle, nada pasa, luego tu mirada todo lo cambia, y entre luces ves repetido tu nombre en el vidrio de una ventana.