
Para toda la vida
La suerte estaba echada, aun así, nosotros no sabíamos del azar o de los juegos, de la fortuna o el destino. Tomamos por camino que daba al este, cada uno, ella por la acera de la izquierda y yo en la de la derecha. Unas líneas paralelas que tendrían que toparse al cruzar en el siguiente semáforo. Y fue así, en la esquina yo giré … Continúa leyendo Para toda la vida