Tuberías

El agua ya corrió por los tubos hundidos entre las paredes, ahora está quieta, es todo potencial y está presta al movimiento, solo sería necesario abrir uno de los grifos, el del lavamanos, el del lavaplatos, o también girar uno en la ducha, o descargar el tanque en uno de los baños. El agua contenida es como los espermatozoides antes del orgasmo, están ahí esperando una vía de escape para lanzarse hacia el abismo, no saben hacia dónde van, se lanzan con prisa y caen.

El ruido del agua al desprenderse de la ducha o regarse en uno de los grifos, o descargándose del baño no es el mismo siempre, lo cambia la presión con la que llega, la abertura por la cual sale hacia el aire, la distancia desde la boca del grifo hasta la superficie en donde cae. Si uno se aproxima a las paredes, suponiendo que sepa la posición exacta por donde ha sido puesta la tubería, escuchará un murmullo, un pequeño rugir del líquido preparándose como quien va para la guerra.

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