Suben por las escaleras con la noche enjaulada,
atrasan el reloj comprando al deseo unas horas más,
larga la noche para el descanso, y no es así.
Destajan la oscuridad y la dejan entrar en sus ojos,
apuestan por el descanso y doblan sus sueños detrás los párpados,
se entregan fugaces,
despiertan al siguiente día sin haber sumado sueños a su destino.
