He visto a mujeres desbordar su belleza sin poner en sus actos síntoma alguno de suministros artificiales, sin hacer uso de tan extensivas costumbres como el maquillaje, la ropa o los perfumes, las he visto plenas de sonrisas y exponiendo seguras la ternura del mismo modo en que expresan verticales opiniones y razones con absoluta certeza. Son así, simples como la esfera que todo lo contiene, abiertas como el mar que nada oculta, y si de dar algún ejemplo podría dejar una lista con los nombres de mis grandes amigas.
