Diálogos

Ella dijo, «lo que quiero es tatuarme la memoria en el olvido», el tatuador le respondió, «eso ocurre sin ponerle tinta al cuerpo». Un poeta no de la calle, no de librería ni de urbana concupiscencia, de los otros, de los que en esta ocasión se les ocurre algo como esto, «yo podría sobre la mesa desnuda, elevar un arco y poner el iris sobre el lugar donde quiero un recuerdo que me mate de olvido», y por supuesto solo dijo eso.

Imagen de Robyn Jones en Pixabay

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