La última página del libro

«Las palabras tienen alma», lo ha dicho el poeta, y es el «significado de las cosas», eso le ha respondido el filólogo. La conversación continúa sin que quiera yo escucharlos nuevamente, en la mesa junto a ellos una mujer corta una manzana, cuatro porciones, la manzana roja ha sido fragmentada, una porción en la palma de la mano izquierda, la otra mano exprime miel de una bolsita de plástico, dulce con dulce, luego le pone unas gotas de coco rallado, la lleva a la boca y todos en el aire sentimos el crujir del diente atravesando el cuerpo de la fruta. La mujer se detiene, mira hacia la derecha de su cuerpo, se fija en un niño que lame un helado con sabor a vainilla, al niño lo guía una madre que lo toma de la mano, en mi mesa el café ha desaparecido de la taza, el libro ha llegado a la última página, el narrador estuvo bateando palabras hasta que llegó al final de la historia, me dejó aquí, en esta esquina con los ojos abiertos y la mirada sustraída de la página.

Imagen de Pexels en Pixabay

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