Yo no le puse una marca como para seguirla cuando hubiera de encontrarla en el anonimato de las personas olvidadas, yo no guardé su retrato hablado para preguntar a los desconocidos en la calle si la han visto, yo no sabía que ella quería ser descubierta en la noche y en el día, que me esperaba a media cuadra de mi indiferencia, pero mi indiferencia era demasiado extensa para llegar a la esquina de la cuadra en donde ella esperaba.
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