Café con causa

El conductor del taxi me pregunta si tengo mucha prisa por llegar, entonces le respondo sin dar respuesta a la pregunta de manera directa, «una mujer hermosa llega quince minutos antes de que empiece la jornada de trabajo, se hace junto a la máquina del café, bebe uno con más tiempo en pausas que en movimientos; si la soledad existe uno solo ha sentido la mitad porque esta mujer parece completarla, y su soledad se siente placentera y dichosa, yo llego unos minutos antes para que parezca casual mi presencia. La observo mientras ella se planta indiferente a mirar hacia el pasillo, enumero sus parpadeos, el cruce momentáneo de sus dedos sobre los brazos, todo alrededor conecta con ella, una sombra inexacta y frágil, una pequeña brisa, el roce de algún sonido que llega, eso es, de eso se trata»

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