Surcar lentamente entre los libros de la biblioteca de casa tiene una magia cuyo lugar es la memoria. Acabo de encontrar, entre dos novelas de Kawakami, un libro de poemas de Octavio Paz, con él llega el recuerdo de un día cuando los libros se cayeron sobre nosotros, queríamos hacer el amor en el escritorio, luego de los golpes no previstos y la risa oportuna continuamos sobre la alfombra, el libro del que hablo quedó bajo tu orgasmo. Aun crecen húmedas sus hojas.
