Ella camina tímida por el pasillo, oculta la soledad de su pensamiento detrás del sonido de sus tacones sobre la baldosa. Sabe que la observan, ojos ávidos de desnudez aletean sobre su ropa. Ahora siente la fuerza del botón débil, no está segura del pliegue cerca de su escote, el movimiento de sus piernas permite una invasión del aire, ¿Acaso un lugar ha sido permeado por la mirada ajena? Eso se pregunta mientras otros dos pasos la llevan adelante, sigue, las miradas también, gira su cuello y sabe con certitud de dados que algunos han cambiado la orientación de su rostro mientras otros mantienen la línea recta hasta su boca. Ella camina tímida por el pasillo sin otra opción que seguir hasta el final cuando su espalda habrá superado el sablazo y la habladuría mental de quienes miran.
