Yo espío a la vecina, desde la ventana de mi cuarto hasta la suya, con unos binoculares, la veo y ella no se resiente, asoma su cuerpo desnudo y parece decirme, si esto lo que quieres ni siquiera vengas, lo que hace verdadera mi piel está en mi corazón, mi mente y mi alma, o cualquiera sea tu idea de estas palabras, si solo quieres mi piel no estás preparado para vivirme, mírame para que sepas que aún no eres digno de la belleza, de la profunda belleza de lo femenino.
