Nos dijeron que estaba prohibida la comercialización de leche cruda, después de eso decidimos hacer el club de los mamadores de ubres, fue así como empezó todo, ya luego nos decidimos a comprar la granja, incluidas las tres vacas y la ternera, a las cuales cada fin de semana íbamos a chuparles las tetas, no sabíamos nada de la afición de la vecina por hacer fotografías y enviarlas a los periódicos.
