Hay una mujer que sospecha de sus promesas y presiente que una noche antes de la luz de la luna probará sus besos en mi boca. Hay una mujer que puede pronunciar mi nombre, identificar mi voz, reconocer mi rostro; eso es suficiente para que tenga importancia mi existencia. Hay una mujer poniendo nudos en su timidez para impedirle a su boca decir que le gusto.
