Cada una de las decisiones que tomo en la vida ocurre en distintos niveles según la capacidad que tienen de cambiarme. Las decisiones acerca de las personas con quienes tengo experiencias significativas para mí suceden en lo más profundo de mi corazón. Tú estás ahí porque un día respondiste de manera precisa con una sonrisa a mis ojos que esperaban abarcarte en mi mirada. Tienes un nombre propioJ que digo con entusiasmo cuando lo menciono en público y sin que tú sepas lo pronuncio al interior de mis pensamientos con un nivel superior de alegría.

Existes en mí como un estallido de dicha, aparece tu rostro en mi memoria y todo en el mundo adquiere el tono de tu mirada, en tu nombre condenso el universo y cuando lo escucho una serie de ondas gravitacionales me aproximan a las líneas de tus manos para sostenerme de ellas. No sé cómo existo en ti, pero para mí eres inevitable, creces en modos atómicos, apenas una gota de ti se multiplica con la fuerza de mil bombas atómicas.

Hay fuerzas que vienen de otros tiempos, de otras vidas, y quizá esta que me empuja hacia a ti tenga esas características. Tú estás aquí, la vida ha puesto tus paralelos y meridianos en el mismo espacio en donde están los míos, «coincidencias tan extrañas de la vida, tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio y coincidir», sí como dice la canción. 8.000 millones de personas en el mundo, más de 8 millones en Bogotá, miles de espacios, millones de mujeres, y yo tengo esta fortuna de poner mis palabras para que tú las escuches.

Una de las mayores evidencias de tu existencia en mi vida es la forma en la que mi poesía busca en el color de tu piel una forma distinta para la creación de los versos, y los versos se adentran en el lenguaje para encontrar una manera de poner en tu boca una sonrisa.

No sé si leas esta nota que solo fue escrita para tus ojos, no sé si vengas a otear por una ventana invisible los modos en que te pienso. El otro día decía para mí mismo con asombro que has surgido como una nueva vocal en mi diccionario, como un nuevo verbo, como un abecedario distinto con el que te menciono todo el tiempo. También me decía, es admiración, la admiración que nace de otras emociones más profundad.

Por si vienes, por si lees, sepas que estas palabras fueron escritas como una declaración de independencia que inaugura una nueva nación, tú como una nación en los lugares desde donde yo construyo mi mundo.