El conferencista simplifica la computación cuántica diciendo que algo puede ser «1», «0» o las dos cosas a la vez. La mujer a mi lado conversa con su compañero y le dice, igual que yo contigo, «te amo», «te ignoro», «y las dos cosas a la vez».
El hombre no se da por enterado, hace un gesto con el que intenta mentir indicando que entiende, pero la mujer ya supo que no la escuchó.
En el auditorio escuchamos todos la paradoja del gato de Schrödinger, «El gato permanece vivo y muerto hasta que alguien lo observa».
La mujer vuelve a hablar, esta vez le dice, igual que yo contigo, «Te soy fiel e infiel al mismo tiempo hasta que te enteres de verdad.»