Después de varios meses sin haber coincidido en lugar alguno volví a verla esta tarde, tuve la sensación de que su belleza se había trasladado a un centro distinto en su cuerpo. Busqué en sus ojos una serenidad que los lavaba de la luz externa y ponía un fuego distinto, no la hallé. Observé su cuerpo con cierta imprudencia sin encontrar la ligereza del aire que surgía de sus piernas y aparecía nuevamente en su rostro. Percibí un movimiento brusco de sus manos al acompañar sus palabras. Estuve escuchándola un rato, seguí creyéndola una mujer hermosa, aun cuando no brotó de mí una conexión biológica con la cual intuir su belleza, solo volví a pensar que se había trasladado a otro lugar de su cuerpo o que en mí había ocurrido lo mismo, su belleza se había trasladado a mi memoria, y esta tarde la estaba viendo con la luz de realidad que tapaba mis recuerdos.
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