Si agradeces las manos invisibles que te cuidan, la claridad de las palabras en tu memoria y la fuerza producida en un abrazo, si agradeces el fruto de la tierra que llamas alimento en tu plato, la disciplina que tuviste en el aprendizaje y la alegría producida en una sonrisa, si agradeces la vitalidad de tu cuerpo y la generosidad que hay en un instante en la vida, si lo haces, el mundo está a salvo esta noche contigo.
