En el autobús la mitad de los pasajeros duermen, trajeron un poco del sueño nocturno que no se gastaron en la noche y lo usan mientras van hacia el lugar de trabajo. En el trabajo también tendrán sueño después del almuerzo, ese será nuevo, no de la noche anterior, ese es el del cuerpo pidiendo una pausa para continuar con la tarde. Al final del día, cuando la prisa de las actividades laborales se convierte en prisa por salir temprano, también una burbuja de sueño los encontrará distraídos y hará de sus bocas un bostezo. Volverán a casa habiendo consumido más minutos de sueño en las sillas de los buses.
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