A veces son solo dos o tres cosas las que recordamos del día.
Un hombre que pasa con su amante, tomados de la mano y siguiendo un ritmo, que aun sin música, está encadenado a la danza.
La mujer que espera a su amante en la mesa del comedor, y que con una sonrisa le dice a quien atiende las mesas, “otro vino, estoy esperando a alguien».
Y de esos dos o tres recuerdos queda alguna idea para compartirla al espejo nocturno en que nos vemos.
Un espejo soy yo, un espacio en el que te miras para decirte las cosas del modo en que surgen y se reflejan dentro de ti.
La idea que compartes ante la figura en que se reflejan tus intensas maneras de pensar y de sentir es que todos estamos con un o una amante cada vez que tenemos compañía porque nuestro compromiso perenne es con la vida y con la muerte, los demás son solo amantes que están por instante.

Todos somos espejos, nos vemos reflejados en tantas cosas y en tantas gentes…
Genial!!
Un abrazo⚘
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