Abres la noche para cerrar los ojos, dejas pendiente el camino para mañana dar otros pasos sobre nuevas rutas, eres otra, nunca la misma, aunque el infinito parece día y el día es una gruesa lona de cobre alumbrando para hacerte sombra, tú sabes, solo tú misma desde tus soles, desde tus propias ideas de luna te llenas, solo tú sabes, la noche no es de la luna y nadie te besa aunque ponga su boca en la tuya, traes muchas lenguas en tu mirar nocturno, ruedan en tus venas las flechas del destino y el palpitar en tu pecho es apenas el silencio con el que abres la noche.