Dicen que tenemos las orejas tan grandes como el tiempo que nos falta para la liberación de este mundo, y lograr ir al otro nivel de la evolución física para la cual nos preparamos cada día. Hemos visto orejas de todos los tamaños, y generalmente todas son tan grandes como las propias. El mito al cual nos están empujando las nuevas religiones es que somos iguales a los otros, con unos milímetros de más o de menos en lo que corresponde a la ignorancia sobre el destino en el cual nos registramos para dar los pasos hacia adelante.