No puedo ir en contra de tu destino, ya sea que esté escrito o que tú lo labres. Yo, como un río, me aproximo a tus cordilleras y puedo extenderme ante ellas con una música que me es propia pero solo se escucha al rodar por tus orillas, y ofrezco todo lo que soy pero tú recibes únicamente lo que quieres, en tus días de roca apenas el eco de mis pasos sin que lleguen a tu oído, en tus días de tierra alimento agua en tu base, en otros camino sin más que compañía. Yo como una cordillera cedo el paso a tu ruta, me limito a estar al borde, a contenerte si es tu deseo, a abrir paso si es otra tu ruta. No puedo ir en contra de tu destino, y las vertientes se abren, y las cordilleras se bifurcan, y tú vas y yo voy, cada uno en modo propio sin obligación alguna de estarnos, sin apropiarnos, sin ser para el otro.
Imagen de Thanks. All my pics are free! en Pixabay