Admiro a los que toman la ruta desde el trabajo hacia la casa y extraen de un bolsillo secreto una sonrisa, me entusiasman los entusiastas que tras la fatiga izan una bandera de alegría porque el día le da paso a la noche y la noche sigue siendo extensa para todos. Me gusta la gente que no sabe lo que es levantarse porque siempre se mantienen firmes, no conocen la derrota, y esto no es porque jamás hayan sido vencidos, solo que aún vencidos conservan la estatura que les da saberse ellos mismos, saber que están ahí para seguir adelante. Aprecio a quienes saben que muchas cosas son apenas un fragmento de lo que deben ser, aun así, las toman y empiezan a remendar una con otra para lograr tener el panorama completo.
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