De lona color blanco cortada bajo la línea de los tobillos, así son sus tenis, una delicada franja roja en la parte superior de la zona hecha de caucho es el único color qué sobresale. Esta mañana después de haber escogido las medias del mismo color y haberse asegurado que no subirían de sus tobillos se sentó en la cama, dobló el pantalón, en un par de impulsos escaló las medias y quedó lista para enfundar sus pies en el calzado. Los ajustó según los sentía apretados o sueltos, así le dio forma al nudo que hizo con los cordones. Alisó el pantalón en el extremo, dio varios pasos y quiso saltar del mismo modo en que lo hacía cuando de niña al comenzar el período escolar sus padres le compraban zapatos nuevos para ingresar al colegio. Recorrió sonriendo los pasos necesarios para absorber la distancia entre su cuarto y la puerta de salida a la calle, caminó dichosa, con el mismo tono de la sonrisa que ponía en su rostro cuando de la mano de su madre salía estrenando en su primer día de clases.

Imagen de Khusen Rustamov en Pixabay