Pienso en un barco, uno de pequeña estatura, en mis ojos descontando su color, solo eso, observar un objeto no presente, con presencia sin estar, sigo con el barco y ruedo la mano sobre la nariz, el barco está en el mar, la sal en el aire, dudo acerca de poder decir que hay barcos de agua dulce y barcos de mar, no sé, ya no importa, nunca había importado, solo era pensar por pensar. Dan las cuatro de tarde en el reloj, en un reloj, en algún reloj esa debe ser la hora exacta, alguien llegó a tiempo, alguien ya no llegó, otro apareció minutos después de la hora prometida y otros se encontraron a tiempo de manera casual.
