Estoy demasiado cansado para la muerte, quiero irme sin fatigas. Me hacen falta años de descanso, de poner todo en pausa y caer dormido sin prisa ante la noche. La muerte ama el despropósito de quienes la ignoran, le gusta esa ignorancia, aprecia a quienes llegan sin prisa, a quienes no le piden más tiempo porque ya no les importa nada.
Imagen de Gerd Altmann en Pixabay