Escuchas una nueva discusión de los vecinos, esta semana no parecen estar con la mejor disposición el uno con el otro. Siempre te pones del lado de ella, a nadie le dices eso, no los conoces, sabes que viven en el apartamento de al lado, ella parece de treinta y él con unos años más. En el parque los has visto jugar con un Schnauzer macho, el uno o el otro, pocas veces los dos llevando al perro, quizá más veces a ella que a él. Te parece una mujer atractiva. La has visto en la mañana, tú dando vueltas por el parque mientras trotas, ella paseando a Barbas, así le dice al perro. En las noches cuando vuelves del trabajo te la encuentras pocas veces, el saludo con ella es como con él, apenas, buenos días, buenas noches. Siguen con el alegato, ella no cree en sus promesas, él dice nunca haber prometido nada. Estás bebiendo agua de un vaso con tu nombre, los escuchas, te escuchas también a ti, no quieres frustraciones, prefieres la soledad a la frustración, así que no podrías soportar una discusión como la de tus vecinos cada noche
Imagen de Mabel Amber, still incognito… en Pixabay