A la mujer le obsequiaron una blusa de color verde, hoy la lleva puesta, igual que la ropa interior que compró para ella, pasó del rito de la celebración a la constancia abierta de estar usando algo nuevo. El aroma sudoroso de su espalda y sus piernas es negado por la cultura, ella lo acepta y se pone en contra de su cuerpo, usa un perfume con un aroma apropiado para su edad. El sol es bien recibido por su piel, su rostro da gracias, con una sonrisa responde al sol por el calor. Es un día más, pronto el trabajo todo lo superará, y ritos con celebraciones volverán todo a la normalidad.
Imagen de Marco Antonio Reyes en Pixabay
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