Le hurtó orgasmos a su cuerpo jugando con sus dedos entre las piernas, no hubo fatigas ni aceleraciones, solo un tránsito ligero de temblores entre la mano y las piernas, un aleteo suave con las palmas abiertas. Sin lluvia huracanada o mareas extendiéndose, solo una llovizna, un reloj con las manecillas yendo despacio, sin prisa por alcanzar el siguiente minuto, las manos alcanzadas por el rocío de sus cavidades secretas.
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buen texto oscar
Cómo no lanzar un suspiro al recorrer cada una de tus palabras… Caricias textuales.
Me gustó mucho!