Millones de embriones congelados, pequeñas larvas acunadas en tubos criogenizados, igual que masturbaciones eléctricas que se perdieron antes de llegar a la mano. Cafés bien servidos, vino entregado al instante en la copa, cervezas y tragos, camas vacías de uno, millones estacionados en habitaciones donde no hace faltan masturbaciones para entender que sus hijos se perdieron también antes de llegar siquiera a la mano.
Imagen de Rudy and Peter Skitterians en Pixabay