Ella está sentada en la silla de la izquierda, en la mesa junto a la puerta, observa sin prisa y aprecia el aroma del café, no lo bebé, tan solo acerca la taza a su nariz y absorbe el aroma. Al fondo, en otra mesa un hombre la mira y sigue cada uno de sus movimientos, saca un papel y un lápiz de su chaqueta. El la dibuja, trazos van, trazos vienen, y cuando termina el retrato, coloca el papel sobre una vela encendida que el mesero dejó para alumbrar la mesa, así, en unos minutos él empieza a absorber el aroma del papel quemado mientras la mujer en la silla de la izquierda, en la mesa junto a la puerta se incendia.
Imagen de forumkrakow en Pixabay