No me veas con tus ojos heridos,
no me hables con el abecé de tus furias.
Yo he sido plantado ante ti
para que tú te comprendas.
No soy árbol de frutos,
no doy sombra.
Las huellas de las que presumes,
tu mirada y las formas,
no se quedan en mí,
si acá vienen a buscarte
nadie va a encontrarte.