Yo quería ser Jacques Cousteau, apreciar por primera vez las especies acuáticas y filmarlas para contar una tras otra historia marítima, ir hasta los polos, descender por las olas, dormir debajo de la noche oscura sabiendo que solo el mar era igual de oscuro, pero yo no quería meterme en lo profundo sin tener donde sostenerme, no tengo alma de agua, inequívocamente soy de tierra, me faltan el aire de las montañas y el sentido de firmeza que puede darme la tierra.
