Dispongo de mi cuerpo en una silla, propongo al tuyo arquear sus piernas sobre las mías, y así, extiendo mis alas, pequeñas plumas en formación, recorrren la forma de tus pies, abordan tus rodillas, se extienden por tus piernas y se forman como barcos antes de llegar a tu espalda, dan un paso más y se deslizan debajo de tus brazos, te aproximan a mi cuerpo, y ondean sus formas temblorosas en tu espalda, te acercan y cuando tu cuerpo cede dos colinas se abren sobre mi pecho, y mis alas doblan tu cabello, y mi boca en tu cuello cuenta, uno, dos, tres besos, hasta llegar a tu boca.
