Ella puso sus pies junto a los míos, aproximó la boca a mi craneal izquierdo, una de sus manos descansó sobre mi brazo del mismo lado y la otra alcanzó mi hombro. Dio un paso al frente sabiendo que no tendría una medida completa porque su piel se juntaría a la mía antes de terminar de bajar el pie al piso. Alguna canción se repetía sin que fuese escuchada, lleno de ríos fui cercándola, llena de murmullos fue llenándose.
