Espejos sin memoria

Contemplas tu rostro en el espejo, das una y otra mirada a las formas de la cara, nada te exige movimiento, solo verte, tu mirada camina de un ojo al otro, de la mejilla diestra a la otra, te cubres con meridianos y paralelos, una pequeña muestra de los años, una línea, las pestañas y la boca. El espejo continúa devolviendo imágenes, cuadros, fotografías parciales, abres la boca, recaudas el aliento en la superficie lisa, los labios, la lengua, no te detienes, sigues observando uno y otro fragmento de tu rostro. Ayer, apenas ayer cambiaste los espejos de la casa, por eso ahora estás viéndote en uno de ellos, traes puestos los agüeros de la abuela, o de una tía, o de quién sabe quién, igual no importa, ya está hecho y lo seguirás repitiendo cuando sea necesario, Las imágenes en el espejo se vuelven sombra y a veces se despiertan, se separan del pasado en que fueron vistas y salen a recorrer los espacios cercanos. Tu exesposo se afeitaba, se reía, se veía en él diariamente, esa rutina no la hace ahora en este espacio, ido él, debías cambiarlos, así estás estrenando espejos en tu casa.

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