Tú sabes de la línea oblicua con la cual inicio la escritura de mi nombre, lo pronuncias sin alargar o acortar los acentos, no en voz alta, solo lo dices en secreto para tus pensamientos. Tú recoges del aire mensajes secretos, lo haces al abrir las manos y sin notarlo los llevas hasta tu piel en donde quedan grabados siempre, ahí están los míos, no llegan por mis manos, son invisibles, incluso para mí. Desde ayer, y ayer es una manera de referirme a aquello que es recuerdo, he acomodado mis pensamientos lejos de mí, para darme una tregua, un respiro, un descanso de querer que estés aquí sin buscarte.
