La mujer que me gusta toma mis manos y las pone en su cara, me dice, tú tienes el poder de sanar con las manos, yo la acaricio y le sonrío, luego, insiste, tus manos te sanan en cada ocasión que te permites la caricia, tu corazón se ensancha y en él caben todas las posibilidades, te sanas de negarte oportunidades.
