En el cuarto, en ese lugar donde solo tus pensamientos prosperan, te quedas viendo hacia el techo, recoges las luces que pasan la cortina, admiras el movimiento de las sombras y cuando parece que todo es estático sientes que la luz desaparece y las sombras adquieren una forma exacta, tienen movimiento propio, cierras los ojos, aprietas mi mano, pregunto qué ocurre y me dices, nada, solo para sentirte.
De repente, cuando la oscuridad es el elemento visible de la noche, percibes la fuerza del silencio y sientes a tus pensamientos acariciar sin prisa mi nombre, sí, te sorprendes con mi nombre entre el silencio y la oscuridad bordeando verbos y sustantivos sin poder detenerte.
👏👏