Sueños y emociones

El portero del edificio tiene la habilidad de reconocer en el rostro de las personas cuando han soñado la noche anterior y de observar cuando el sueño les proporcionó felicidad, desconcierto, diversión o angustia. Darse cuenta de poseer la habilidad le costó bastante, en su casa le preguntaba a sus padres sobre los sueños y las respuestas que recibía siempre negaban lo que él observaba.

En el colegio, durante su adolescencia, la sensibilidad aumentó y con mayor facilidad podía descubrir en el rostro de sus compañeros lo que habían vivido mientras dormían.  Era difícil lograr que alguien le contara, parece que para todos es una obligación mantenerlos en secreto y por eso después de unos minutos de estar despiertos los olvidan, eso cuando logran recordarlos porque la mayoría no se acuerda de ellos.

El turno de la mañana en la portería le tocó por azar, hubo un sorteo que dirigió el administrador del edificio y a él le corresponde desde las seis de la mañana hasta las tres de la tarde.  No está solo en su horario, es acompañado por una señora con las mismas responsabilidades.  El horario es ideal para hacer uso de sus habilidades y entretenerse viendo a uno y otro residente ahuyentando del rostro las imágenes del rostro o reflejando una satisfacción oculta.

La mujer del 304 tiene sueños que la entristecen los viernes, le parece extraño pero cada sábado la ve salir con una austeridad extrema en la expresión de su rostro, alegría pálida, así piensa él cuando la ve. Los demás días se le nota que sus sueños la dejan tranquila.  Es una persona discreta, cuando la ve los sábados trata de ser invisible y apenas se hace notar, comprende que la señora no quiere ser molestada por nadie, en cambio los otros días de la semana la saluda y le habla sobre el clima y le informa del pronóstico del clima y la situación del tráfico en según escucha él en la radio.

Hay dos adolescentes que varían el ánimo de los sueños, son hermanos, viven en el 404, el menor sueña situaciones que lo hacen levantarse alegre, en cambio el mayor se despierta triste, también ocurre lo contrario e intercambian sus estados de ánimo.  Ellos van en el mismo bus al colegio, a las seis y treinta pasa la ruta, se les ve molestos, uno quiere reir y el otro callar.  A él se le ocurre pensar que eso ocurre para mantenerlos en equilibrio aunque la idea le parece una tontería y la abandona rápidamente.

Un señor que llegó ebrio un sábado en la noche le dio la oportunidad de preguntarle sobre los cambios de ánimo que el portero al verlo en las mañanas daba por hecho correspondían con los sueños.  El hombre estaba muy ebrio y el portero le ofreció agua y una silla para que no entrase a casa tan borracho.  El resultado fue bueno, dos pastillas, un par de vasos de agua y diez minutos de descanso.

El hombre le agradeció y le devolvió la atención contándole su sueño. Todas las noches es el mismo, tiene sexo con la hermana menor de su esposa y una compañera de la oficina, un trío, parece una fantasía sexual de un productor de películas porno, cuando sale contento es porque no siente culpa alguna, en cambio las otras veces la moral lo hace sentirse culpable y se siente avergonzado al pensar en su esposa e hijos.

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