Siendo que una expresión matemática no considera para sí misma una respuesta, y una ecuación ofrece una forma precisa de describir, compartir y resolver sus variables, me atrevo a decir, cuando dos se aman son expresiones matemáticas que tras la casualidad encuentran el signo matemático que las iguala.
Cada lado de la igualdad, unas veces sin saberlo y otras teniéndolo claro, mantienen incógnitas de las cuales no conocen el valor que las resuelve, y es en la formación con la otra expresión que encuentran la posibilidad de ese descubrimiento.
No parece claro al comienzo, aunque el entusiasmo que las une, promete a cada expresión dar solución precisa a sus variables, y van por ahí trastabillando con operaciones que las suman o las multiplican por la inversa, las dividen o las restan. Así, vamos por ahí igualados con quienes nos parecen distintos al comienzo.