Lo que conocemos sobre la realidad del país es una ficción, para que se vuelva verdad los novelistas han empezado a narrarla, ya en las páginas tomará la dimensión correcta y empezaremos a tener certeza de que la realidad estaba superando a la imaginación.

León Valencia había escrito la novela “Con el pucho de la vida” en 2004. En 2020 publica “La sombra del presidente”. En esta novela, aunque los nombres son ficticios, los personajes no lo son, han sido sujetados por la palabra del narrador al que le interesa contar su verdad, la que aceptarán sus lectores para convertirlo en un libro de historia.

En la tercera década del siglo XXI, una mujer y un hombre continúan la espiral de encuentros entre dos personajes con una vida pública conocida por los colombianos. Múltiples acontecimientos de la vida nacional son puestos en las páginas sin el velo con el cual los medios de comunicación los divulgaron en su momento.

Uno de los personajes dice “Le conté de mi época de muñeco de madera, mi etapa de marioneta, mi cercanía a la muerte y la posibilidad que tenía ahora de obtener un corazón”, y quizá muchos políticos al atravesar la vejez reconozcan que han sido marionetas sin corazón, pero el otro personaje no parece enterarse de eso y mantiene la ceguedad que no permiten el perdón o la sanación del espíritu.

“La gloria en Colombia es muy efímera. No somos un país que se deshaga en admiración por sus líderes o sus glorias artísticas o deportivas. El fervor por una persona es temporal.” Y esa temporalidad en esta novela es la tercera década del siglo XXI, allí finalizará la espera de quienes han deseado que los prestidigitadores actuales que nos mantienen en estado de alarma constante sean condenados o paguen de alguna manera su culpa.

Recomendada su lectura, ágil en la narración, sin hipérboles ni juicios morales. Una novela que narra los hechos y muestra cómo los personajes cargan en su estructura psicológica el impacto que le han producido sus actos.