En 2002, Élmer Mendoza ganó el Premio Nacional de Literatura “José Fuentes Mares” de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez con esta novela. En 2007 ganó el premio Tusquets editores de novela con la novela Balas de Plata, el mismo que ganó Evelio Rosero en 2006 con Los Ejércitos.
Al leer esta novela, El amante de Janis Joplin, a la cual llego tarde en el primer año D.P (Después de la Pandemia), siento que las cosas en la vida pueden cambiar en un instante cuando hacemos caso de los impulsos más simples. Claro, hay que anotar que algunos de los impulsos, oscuros diría alguien religioso, que mueven a David son decididos por una segunda voz que ronda todo el tiempo en su cabeza.
David es el personaje principal, sin embargo, su vida está tocada, ¿dirigida?, por los otros. Un crimen en defensa propia, una defensa animada por su mejor amigo, y unos amigos que están dispuestos al crimen por sus principios. Es sabido de todos que los principios, aunque tienen buena fama, no siempre son buenos, son solo un escudo para ocultarse y justificar tras ellos los malos comportamientos.
Es una novela de personajes adobados por el narcotráfico y las mafias que roen de ese hueso lleno de carne y de muerte, así que el viaje entre las páginas es una aventura como en una película de acción y muerte.
Dejando de un lado la historia, los diálogos se logran con mucha claridad, aunque están escritos como prosa, apenas separados por comas o puntos. Me hizo sentir la técnica del nobel de Portugal que vivía en la isla de Lanzarote.
Recomendada para quienes aman la acción en la historia más que las emociones o sentimientos de los personajes.