Ha sido un buen día, he respirado, me he podido mover de un lado a otro, incluso dormí un rato en el sofá. Leí muchas páginas de temas interesantes, lo que quiere decir que sé leer y puedo ver para hacerlo.
Ha sido un buen día, hablé con una mujer a la que quiero, y conversé con algunos de mis amigos, comí sin fijarme en la tabla de calorías o en el exceso de azúcar, solo comí como quien tiene un buen hábito y lo degusta.
Ha sido un buen día, todavía estoy despierto, con energía suficiente para observar una pintura y detenerme en las figuras dibujadas por el pintor, primero en su imaginación y luego en el cuadro.
Ha sido un buen día, escuché un poco de música, caminé por la acera acompañando a los autos que iban por la avenida, ellos más veloces con sus ruedas que yo con mis pasos.
Ha sido un buen día, entre las sombras y las luces que dan forma a mi conciencia puedo concebir la idea de la Divinidad y al mismo tiempo aceptar la fortaleza del argumento de quienes no creen en ella.
Asi estoy, son casi las doce de la noche, la cama está tendida, puedo acostarme a descansar sin pesadez alguna en la memoria, estaré abrigado y confiado de que mañana, como hoy, respiraré el aire y seguiré viviendo tranquilamente.
